Isla Huivulai

Desde su descubrimiento gracias a un naufragio, la Isla Huivulai ha sido objeto de diversos procesos jurídicos para reclamar su posesión; por ella, en un momento de su historia, han estado en pugna importantes familias cajemenses, como los Castelo Parada, los Patiño Benet y los Patiño Fierro.

Incluso hasta el Gobierno del Estado, mostró un gran interés por esta barra arenosa de 17 kilómetros de largo y 1.2 kilómetros en sus parte más ancha, pues fue expropiada por el gobernador Samuel Ocaña, a finales de los 70’s.

Una isla privada, que ha estado unida a tierra desde 1964, y en la que Narciso Busquets y los hermanos Almada filmaron la película “Todo por Nada”, ha sido el paraíso que quisieron comprar un hermano de Walt Disney, un hermano del Sha de Irán y hasta un Secretario del sexenio echeverrista, Ignacio Pesqueira.

También ha sido disputada como propiedad municipal por los ayuntamientos de Cajeme, Etchojoa y Benito Juárez; diferencias que por acuerdo no explicito han quedado, en apariencia, salvadas; ya que actualmente la isla es administrada y vigilada por el municipio de Benito Juárez.

Tal contienda se debe a que el arroyo Cocoraque, divide tanto a la Huivulai como a los municipios mencionados, quedando una porción del islote en una parte de cada uno de ellos.

Pese a que existe un Decreto instituido por el gobernador Faustino Félix Serna y que se publicó en el Diario Oficial del Estado en el que se puntualizó que “La isla Huivulai pertenece jurídica y administrativamente al municipio de Cajeme”.

Todo inició en 1963, cuando Adolfo López Mateos, entonces Presidente de la República, vendió el arrecife a los hermanos Eduardo y Ernesto Patiño Benet por la cantidad de 35 mil pesos de aquellos tiempos.
La venta se logró gracias a la intervención, o tráfico de influencia, del Secretario de Agricultura y Ganadería de ese sexenio, Jesús Patiño Navarrete, primo-hermano de los adquirientes.

UN AGRACIADO NAUFRAGIO

“Transcurría el año de 1962, cuando Simeón Almada, Jorge Karam  y los hermanos Ernesto y Eduardo Patiño Benet decidieron ir a pescar en lancha por la Laguna del Tòbari.

“Entre la charla y las bromas de camaradas, el tiempo se escurrió y perdieron el rumbo y la distancia, de tal manera que la lancha sucumbió ante una fuerte marejada.

“Tuvieron que nadar hasta unos montículos de arena, que a lo lejos se veían como sombras; la distancia era larga por lo que Jorge Karam, cansado de nadar, soltó el cuerpo y pidió a Dios por sus pecados.

“Mi padre, Ernesto Patiño, no lo dejó y como pudo, ayudado por los demás, llevaron hasta la orilla a Jorge; exhaustos se tiraron sobre la arena a descansar y se quedaron dormidos.

“Al día siguiente empezaron su búsqueda en una avioneta, pues se sabía el  rumbo por donde habían ido a pescar; el piloto de la avioneta sobrevolaba a baja altura y pudo observar las señas que con los brazos le hacían los náufragos.
“Ya en el aire, vieron que habían llegado a una isla a la que quizás sólo algunos habitantes de los pueblos ribereños conocían, más no la mayoría de los vecinos de los municipios colindantes”.

En la entrevista, hizo esta narración el Doctor Ernesto Patiño Fierro, copropietario e hijo de uno de los pioneros de la isla Huivulai, hermano de Guillermo, dirigente del PRD en Cajeme y de la ex diputada Patricia Patiño.

Y continuó: “Después de esto quisieron regresar al lugar, lo recorrieron y les pareció ideal para desarrollarlo como un centro habitacional turístico, sólo habría que comprar la isla”.

Con el fin de dar a conocer con mayor detalle los vaivenes de la isla, Ernesto Patiño Fierro prepara un libro que presentará en unos meses más y al que tituló “La Verdadera Historia de la Isla Huivulai”.

EL PEQUEÑO PARAISO

A 45 kilómetros al sur de Ciudad Obregón con acceso directo por la calle 5 de Febrero, se encuentra la Isla Huivulai, que en lengua mayo significa “Pescuezo Largo”.

Situada a 5 kilómetros de la costa del Estado de Sonora en el Golfo de California o Mar de Cortés, con una longitud de 17 kilómetros y de 1.2 kilómetros en su parte más ancha, la isla cuenta con diversos atractivos naturales como lo son altas dunas de fina arena.

Además cuenta con un impresionante pozo de agua dulce que tiene una profundidad de 97 metros, propiciando paradisíacos oasis de palmeras productoras de dátiles, las cuales son santuarios de diversas especies de aves como el pelícano gris y el blanco, corveta, grullas grises de penacho, así como garzas y albatros.

Por su condición de isla, se encuentra rodeada por bellas y tranquilas playas que invitan a la práctica de todo tipo de actividades acuáticas; así como de una excelente pesca de sierras, cabrillas, lisas, meros, entre otras especies.

COMPAÑÍA TURÌSTICA

Después de ser comprada, la historia de la isla se remonta a 1963, cuando se formó la Compañía Turística del Yaqui y Mayo, siendo Presidente Honorífico Faustino Félix Serna y Presidente Ejecutivo Eduardo Patiño, quienes fraccionaron la isla y vendieron lotes a particulares de 10 X 25 en 5 mil pesos.

“Recuerdo, dijo Patiño Fierro, que en la presentación de la lotificaciòn se diseñó un a maqueta espectacular que se exhibió en el teatro del Itson, en la que se mostraba el proyecto turístico Huivulai.

“Como pioneros hubo personas muy importantes como el propio Faustino Félix Serna, Vicente Ivich, Manuel Díaz Brown, Arturo Castelo, la familia Donadiu, por mencionar algunos, que adquirieron terrenos de 5 mil y 10 mil metros.

“Además de ellos, aproximadamente mil 200 pequeños propietarios compraron uno o dos lotes y con ese dinero que entró a las arcas de la Compañía construyeron el camino entre 1963-64”, agregó.

Fue Ernesto Patiño Benet y su hermano Eduardo, quienes tuvieron la visión de construir ese camino sobre la bahía del Tòbari; construcción que fue autorizada por la Secretaría de la Marina.

Patiño Fierro, aclaró que a través de la intervención del entonces Presidente Municipal de Cajeme, Faustino Félix Serna, se construyó el actual camino hacia la isla en una porción de terrenos cedidos por el Capitán Suqui Limón y Manuel Díaz Brown.

“Pero en 1966, lamentó Patiño Fierro, hubo un ciclón que azotó muy fuerte en el municipio de Cajeme y en la isla Huivulai derrumbó el camino que se había construido, lo único que se veía era una línea de montículos sobre el agua que era inservible para el tráfico peatonal y automovilístico”.

El huracán se llamó «Kirksten», se recuerda porque tumbó la antena de la recién inaugurada (tenía apenas un año) Televisora Canal 2: además de otros destrozos, volaron techos de lámina, cayeron muchas casas de las colonias de orillas de la ciudad, como la Cortinas, que era la de más al Sur.

Por cierto que en el ya desaparecido cine Cajeme se exhibía la película  «Lanza tus penas al viento». Vaya que si hubo viento.

“La destrucción del camino se presentó después de cuatro años de que la isla funcionara como centro turístico regional, para entonces ya se habían edificado algunas casas de madera y otras de concreto que el ciclón también derrumbo a su paso”, recordó.

Luego de la catástrofe la Compañía turística no contaba con capital para reparar los daños del camino, lo que provocó que la Huivulai quedara abandonada por algunos años, hasta que Arturo Parada y otros lo reconstruyeran.

PROPIEDAD PRIVADA

La Semarnat, en una publicación de 1999, especificó los nombres de las islas e islotes que pertenecen a la Federación, las del Estado, las islas ejidales y las privadas, dentro de las que aparece la isla Huivulai.