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Dulce de Jamoncillo, a quién no se le antoja?

Aqui les va una receta tremendamente sencilla para elaborar uno de los dulces tradicionales mas representativos y ricos de Sonora y de algunos estados del Norte de México.

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Ingredientes:

  • 1 Lata de Leche Nestlé (condensada).
  • 2 Tazas de azúcar morena.
  • 1 Barra de mantequilla.

Preparación:

  • Se revuelve todo muy bien en un sartén grueso, de fierro, se pone en la lumbre, moviendole continuamente, hasta que se vea el fondo del traste o hasta tener el punto de bola suave.
  • Se vacia en un molde cuadrado, untado de mantequilla, y se deja enfriar. Cuando esta frio, se corta en cuadros.
  • Si se desea se pueden agregar nueces. (1/2 T 0 3/4 T) picadas, antes de vaciar al molde.

Se puede comer solo o bien como relleno de Coyotas o Empanadas o incluso Pasteles.

Y de Postre… Coyotas, 100% Sonorenses

Antes de mostrarles la Receta de esta exquisitez, es bueno conocer algo de su origen, espero disfruten la lectura por igual…

Historia de unas ricas galletas dulces, las Coyotas de Sonora

Sonora es uno de las provincias mexicanas más extensas por su tamaño y con paisajes semidesérticos y desérticos muy hermosos, altas montañas de la Sierra Madre Occidental, hermosas ciudades ubicadas particularmente al lado de los ríos como el Yaqui y bellas playas como Guaymas y Bahía Kino.

Sonora estuvo poblada por numerosos pueblos indígenas aridoamericanos, es decir, dedicados particularmente a la caza y a la recolección, aunque también existieron grupos indígenas cazadores-pescadores-semiagricultores ribereños como los yaquis y los mayos, o algunos otros, como los seris, ubicados en la costa central de Sonora y algunas islas como la llamada Tiburón. Este territorio también fue ocupado por otros pueblos originarios como los ópatas, los cocomaricopas, los pimas, los pápagos, por ejemplo.

Asimismo, estuvieron ubicados los apaches, los jocomes y los janos, nómadas cazadores recolectores que atacaban a los otros grupos étnicos para saquear sus poblados. Los conquistadores españoles pudieron ocupar esta vasta provincia a fines del siglo XVII, anteriormente, la belicosidad de sus habitantes no se los había permitido.

Otro factor importante fue el proceso de evangelización que efectuaron miembros de la Compañía de Jesús, la llegada de españoles interesados en los hallazgos mineros que se convirtieron en reales importantes como el de Álamos, o las grandes haciendas y estancias dedicadas al cultivo de cereales como el trigo, además del maíz, y a la cría de ganado vacuno particularmente.

Uno de los principales jesuitas de esta empresa evangelizadora llamado Eusebio Francisco Kino escribió en su obra Favores celestiales a principios del siglo XVIII que:

Otro medio temporal que Nuestro Señor nos da para el fomento destas nuevas conquistas son las cuantiosas estancias que ya hay de ganado mayor y menor, y de manadas de yeguas con muchas caballadas y cabalgaduras, así mulares como caballares, recuas para el trajín y comercio necesarios, con pastos muy pingües y abundantes para todo el año y para carnes muy gordas, de mucho sebo y manteca, y jabón, que ya se hace en abundancia.

Camou Healy en su libro Cocina sonorense menciona que:

Una de las características que buscaban los misioneros en los nuevos puestos de misión era que, además de pastos para las reses, tuviera una buena superficie de “tierra de pan llevar”. Requerían de una parcela apta para la siembra del trigo básicamente por dos razones ya mencionadas: en primer lugar sin hostias de harina de trigo no es posible celebrar la misa; en segundo término, los europeos en general […] no eran muy afectos al maíz y preferían para su consumo el pan de trigo.

El padre Kino, como los misioneros que lo precedieron, procuraba dotar a cada nueva misión con varias cabezas de bovinos y semilla del cereal europeo para que los indios se fueran preparando a recibir y acomodar al sacerdote que vendría a hacerse cargo de la misión.

Poco a poco fue adentrándose el trigo en el gusto de los “sonoras”, particularmente de los que poblaban la pimería. Ahí, la posibilidad de tenerlo como cultivo de invierno determinó el abandono de esquemas de semi-nomadismo y facilitó la congregación de los indios.

Las Coyotas de Sonora, El Origen

Durante el período virreinal, además de su actividad ganadera, Sonora comenzó a ser un importante centro minero, sin embargo, es en el México independiente cuando se aprecia que la labor minera atrae, incluso, a compañías extranjeras, particularmente estadounidenses. Una zona minera muy importante fue Cananea, de hecho, allí se efectuó una huelga de los trabajadores mexicanos mineros en 1906, un importante suceso previo a la Revolución Mexicana de 1910.

Luego de la revolución, el Estado de Sonora continuó siendo muy importante por el ganado y la producción de trigo, sus productos pesqueros, la minería y las nuevas industrias que se establecieron como la automotriz o las maquiladoras. En cuanto a sus trabajos artesanales son muy importantes las figuras de madera palo fierro hechas por los yaquis, mayos, pápagos y seris. Si uno va de visita a la Ciudad de Obregón, en el Valle del Yaqui, se puede comprar en el aeropuerto un “portafolio” de carne, es decir, cortes congelados de carne de res metidos en una caja de cartón, que son exquisitos y muy apreciados para preparar la famosa carne asada sonorense.

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Coricos Sonorenses

El origen del corico es incierto, existen pocas fuentes de consulta que informen al respecto. Es muy raro el diccionario que incluya esa palabra y al parecer no está considerada por la Real Academia de la lengua española. Sin embargo, por esta región la gran mayoría de las personas saben que es una galleta muy singular, y mas aún, han probado los coricos elaborados por la nueva fama.

Su nacimiento se lo adjudican los estados de Sinaloa y Sonora. Se cree que el origen se remonta a muchos años atrás, en donde un grupo de panaderos elaboraban una receta para prepara otro tipo de pan, algo falló en la receta y el resultado fue diferente. Así Nacieron los coricos.

También son conocidos como tacuarines. Tradicionalmente son repartidos en las fiestas y bodas en algunos pueblos de Sonora y Sinaloa.

Ingredientes (Rinde 120 Coricos):

  • 1 kilo Harina de maíz
  • 1/2 kilo Manteca vegetal
  • 1 & 3/4 tazas Azúcar blanca
  • 4 Huevos
  • 1 cucharada Extracto de vainilla
  • 3 cucharadas Polvo de hornear
  • 1/2 cucharadita Sal

Preparación (20 mins, Tiempo de cocción: 45 mins):

  • En un recipiente hondo pon la manteca y empieza a acremarla con una batidora eléctrica. Agrega la azúcar y después de que esta se incorpora, añade los huevos y la vainilla y mezcla hasta que todo esté cremoso.
  • En otro recipiente, pon la harina, el polvo de hornear y la sal y revuelve con una cuchara hasta que estén bien mezclados.
  • Agrega de poco a poco la harina a la mezcla de manteca, azúcar, huevo y vainilla y ve mezclando con la batidora. Cuando la masa ya esté tan espesa que la batidora no pueda mezclarla, añade el resto de la harina a la masa y utiliza tus manos para incorporarla.
  • Una vez que la masa esté lista prepara tu charola untándole mantequilla y enharinándola bien. Toma pequeñas porciones de masa y haz pequeñas “o” para formar los coricos.
  • Coloca los coricos en la charola y hornea a 180° C por aproximadamente 45 a 55 minutos o hasta que las galletas tengan un color dorado y que al morder una, esta esté crujiente.
  • Retira la charola del horno y deja enfriar por lo menos 5 minutos antes de comer.

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