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El Yaqui en Mexico y Estados Unidos

Yaqui es el nombre de un río que atraviese Sonora. Vea: Lengua de Yaqui y Río Yaqui. La lengua de los indios de Yaqui es “Yoeme.”

El “Yoeme” o Yaqui es una frontera Americano nativo pueble quién vivió originalmente en el valle del Río Yaqui en el norteño Mexicano estado de Sonora y a través de Desierto de Sonoran región en el al sudoeste LOS E.E.U.U. estado de Arizona. La llamada ellos mismos de Yaqui “Yoeme,” la palabra de Yaqui para la persona (significado “gente” del “yoemem” o del “yo’emem”). Se deriva la llamada de Yaqui su patria “Hiakim,” de cuál dice algo el nombre “Yaqui”.

Pueden también se describen como nación de Haiki, el Haiki. Muchos etymologies populares existen en cuanto a cómo el “Yoeme” vino ser conocido como el “Yaqui”[citación necesitada].

Forma de Vida del Yaqui

En el pasado, el Yaqui subsistió en la agricultura, creciendo maíz, habas, y calabaza (como muchos de naturales de la región). El Yaqui que vivió en Río Yaqui región y en áreas costeras de Sonora y Sinaloa pescado tan bien como cultivado. El Yaqui también hizo algodón productos. El Yaqui ha sido siempre experto guerreros.

Cosmology y Religión de Yaqui

El concepto de Yaqui del mundo es considerablemente diferente de el de sus vecinos del mexicano y de Estados Unidos. Por ejemplo, el mundo (en Yaqui, anía) se compone de cuatro mundos separados: el mundo animal, el mundo de la gente, el mundo de flores, y el mundo de la muerte. Mucho ritual de Yaqui es centrado sobre perfeccionar estos mundos y la eliminación del daño que se ha hecho a ellos, especialmente por la gente. Hay una corriente de la creencia entre muchos Yaquis que la existencia del mundo depende del funcionamiento anual de los rituales de Lenten y de Pascua.

La religión de Yaqui (que es a religión syncretic de la viejas creencia de Yaqui y prácticas y las enseñanzas de Jesuit y más adelante Franciscano los misionarios) confían en la canción, la música, y bailar, realizado todo por los miembros señalados de la comunidad. Hay también otro, católico, las prácticas que se tejen en las viejas maneras.

El Yaqui canción de los ciervos (bwikam del maso) acompaña danza de los ciervos cuál es realizado por un bailarín del pascola [del “pascua español”, Pascua] (también conocido como a bailarín de los ciervos). Pascolas se realizará en las funciones religio-sociales muchas veces del año, pero especialmente durante Prestado y Pascua.

El ritual de la canción de los ciervos de Yaqui está de muchas maneras similares a los rituales de la canción de los ciervos de vecino Uto-Aztecan gente tal como Tohono O’odham y Mayo. Sin embargo, la canción de los ciervos de Yaqui es mucho más central a cultus de su gente y se ata grandemente adentro a Católico creencia y prácticas.

Las flores son muy importantes en las culturas de Yaqui. Según las enseñanzas de Yaqui, las flores se originaron de las gotas de la sangre que eran vertiente en Crucifixion. Las flores se ven como la manifestación de almas, al punto que los varones de Yaqui pueden saludar de vez en cuando a un amigo masculino cercano con la frase “sewa de Haisa?” ¿(“Cómo es la flor? ”).

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Los Misteriosos Vestigios de la Cultura Trincheras en Sonora

El avance de los estudios arqueológicos en Sonora ha delineado el perfil de la cultura Trincheras, grupo humano que entre los años 200 a 1450 d.C., habitó una región tan extensa como Suiza, en el norte del estado, donde dejó sorprendentes vestigios.

El grupo humano que dio forma a la cultura Trincheras, según los estudios, se dedicaba a la agricultura, pero no abandonó del todo la caza y la recolección. Es muy probable que sus descendientes sean los tohono o’odham, es decir, los erróneamente llamados pápagos que hoy viven en varios poblados de Sonora y Arizona.

De este grupo presentamos aquí tres de sus sitios arqueológicos más impresionantes. Trabajos recientes han revelado que al parecer los tres fueron ocupados por gente de Trincheras hacia el ocaso de esta cultura, entre 1300 y 1450 de nuestra era.

El primer sitio es cerro de Trincheras, de donde proviene su nombre. El cerro se eleva a más de 150 metros por encima del llano desértico del centro norte de Sonora, y desde lejos tiene un raro aspecto “rayado”. Al acercarse, se descubre el sorprendente misterio que habla de un descomunal trabajo humano. Lo que parecen rayas son en realidad 900 muros de piedra, la mayoría de 15 a 30 metros de largo (aunque algunos rebasan los cien metros). Los primeros españoles en la zona los llamaron “trincheras”, pero más bien son paredes para contener terrazas.

Gracias a excavaciones emprendidas entre 1995 y 1996 por el Centro INAH Sonora y la State University de Nueva York, en Binghamton, se ha concluido que la mayoría de esas terrazas sirvieron como base para las casas de unos mil pobladores. También se han hallado vestigios de unas 300 estructuras más, entre las que destaca “El Caracol”, peculiar construcción en la cima del cerro con paredes semicirculares y un pasillo de acceso en forma de espiral.

LOS MISTERIOSOS CÍRCULOS DE LA CANTERA

Un segundo sitio es La Cantera, a 90 km al oriente del cerro de Trincheras. Su nombre se debe a la presencia de varios grandes bloques de toba volcánica de unos diez metros de altura. En la cima plana de los bloques no hay casas ni trincheras, sino algo muy extraño: surcos y agujeros de unos diez centímetros de profundidad formando cientos de círculos y cuadrángulos de más o menos un metro de diámetro.

¿Cuál pudo haber sido su función? Difícil decirlo. Como bases de habitaciones humanas resultan demasiado estrechos. En ningún caso se aprecia el intento de formar figuras reconocibles y, además, los círculos y cuadrángulos están dispersos al azar, sin una lógica clara (para nosotros), mirando al cielo.

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