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Asi se vive la Semana Santa en Sonora, «Los Fariseos»

Jupare, Sonora, México

Los fariseos o judíos representan al Sanedrín que apresó y dio muerte a Jesús. Son hombres Mayos que hacen una “manda” para recibir un milagro o un favor de la divinidad. Para ello realizan el sacrificio durante la Cuaresma. Recorren toda la región durante estos cuarenta días portando su máscara realizada con cuero de cabra y madera (con rasgos de españoles). Se cubren con cobijas y mantos blancos.

En las piernas se envuelven tiras de “ténabaris” que son capullos de mariposa que al caminar o bailar hacen ruido. Calzan huaraches y portan también armas de madera y tambores. Se pintan las manos de rojo para representar la sangre de Cristo. Así, con toda esta indumentaria, van de casa en casa, de pueblo en pueblo, simulando a los fariseos, bailando por dinero que reúnen para organizar las fiestas.

No hablan, se comunican a señas. No se quitan la máscara frente a extraños (esto último he notado que se está perdiendo y es común ver a los fariseos quitarse la máscara y hablar entre ellos).

Este año me encontré al menos a 10 fariseos en el Júpare vestidos de mujer. Me contaron que el Jueves Santo roban ropa de los tendederos del pueblo y la usan porque les es permitido parodiar la vida social y sexual de la comunidad.
La foto es el Viernes Santo, mientras recorren el pueblo tumbando cruces.

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Rompiendo la Oscuridad.El Júpare durante la cuaresma mayo.

Hermosillo, Sonora. Marzo 05 (Infogénero).—El instituto Nacional de Antropología e Historia a través del Centro INAH y Museo de Sonora invitan a la apertura de la exposición fotográfica “Rompiendo la oscuridad; un acercamiento a la cultura regional, expresada a través de uno de los grupos indígenas del sur del Estado, los mayos.

El Júpare durante la cuaresma de mayo; es resultado fotográfico del trabajo del investigador José Luis Moctezuma Zamarrón y será expuesto este viernes 7 de marzo a las 19:00 horas en las salas temporales de la Antigua Penitenciaría de esta ciudad, donde se podrá apreciar a través de 42 fotografías una de las celebraciones más importantes para la etnia mayo, en específico en la localidad del Júpare, Sonora.

La exposición estará abierta del 7 de marzo al 6 de abril, en horarios de 9:00 a 18:00 horas, de martes a domingo, con entrada gratuita, dándose a conocer que en estas fechas de cuaresma y semana mayor, estará abierta a todo el público. Sobre la Exposición: La Cuaresma Mayo en El Júpare, Huatabampo, Sonora. Uno de los emblemas más evidentes de la identidad mayo es su elaborado ceremonial, donde destaca la representación de la pasión de Cristo durante la cuaresma (waehma), celebrada únicamente por los mayos, además de los yaquis, ya que el resto de los grupos étnicos celebran sólo la Semana Santa.

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Etnias de Sonora

Considerados desde tiempos prehispánicos como los hombres más altos y fuertes de México.

De las nueve tribus en las que se dividían, todavía permanecen unidas ocho de ellas, en su mayoría autóctonas y otra con una estancia mayor de 100 años en el Estado.

Los indígenas sonorenses nos recuerdan que hay mucho que aprender de nuestros antepasados, de quienes fueron los primeros pobladores del Estado y que ahora nos heredan ésta tierra que ha luchado desde siempre por mantener sus creencias, ideología y tradiciones.

  • Yaquis
  • Kikapú
  • Mayos
  • Opatas
  • Seris
  • Cucapá
  • Pápagos
  • Guarijíos
  • Pimas

A continuacion una breve semblanza de cada uno de estos Pueblos:

Yaquis

Es sin duda la etnia más representativa de Sonora; se estima existe una población de 33, 000 Yaquis que se distribuyen en ocho pueblos con sus propios gobernadores.

Para los integrantes de la etnia es de suma importancia preservar su lengua, sus tradiciones y su arraigo a la tierra. La historia de los yaquis está cubierta con actos de heroica resistencia por la defensa de su territorio y su cultura.

Los yaquis se identifican a sí mismos y a los mayos como yoremes, palabra que significa hombre o persona. La noción de yoris, hombres blancos, los distingue, a su vez, de los demás grupos indígenas.

Forman parte del dialecto cahita que se compone de tres lenguas: mayo, yaqui y tehueco, éste último desaparecido. El cahita pertenece al grupo lingüístico yuto-azteca.

El grupo yaqui ocupaba, tradicionalmente, una larga franja costera y de valle al sureste del actual estado de Sonora, que abarcaba desde la ribera sur del río Yaqui hasta el cerro Tetakawi, al norte de la actual ciudad de Guaymas. El conjunto del territorio comprende tres zonas diferenciadas: el área serrana del Bacatete; una zona costera, que abarca los poblados vecinos de Guásimas y Bahía de Lobos; y el valle, en donde se localizan las tierras irrigadas.

La principal actividad artesanal es la manufactura de la parafernalia ceremonial, sin fines comerciales. Los danzantes hacen máscaras talladas en madera, collares de conchas y piedras marinas y cinturones con pezuñas de venado. Los músicos fabrican sus tambores y flautas. Algunas familias manufacturan petates, canastas y coronas de carrizo; platos y tazas de barro que utilizan para las fiestas y después destruyen. También confeccionan faldillas, blusas, manteles, servilletas y mantos. El único producto artesanal que se comercializa son las muñecas de trapo, que hacen las mujeres.

Los yaquis poseen un alto sentido de religiosidad que está presente en gran parte de sus actividades. Con una cultura ancestral enriquecida con ritos y tradiciones en las que sobresale la Danza del Venado, ejecución simbólica de la caza de este animal y cuya riqueza estética ha despertado interés en todo el mundo.

Llamada en lengua yaqui maaso yiihua, describe la vida y muerte del animal sagrado de los yaqui. El danzante narra momentos del ciclo vital del venado con una mímica libre que representa las actitudes de sorpresa, alerta, atisbo, venteo del venado ante la naturaleza que lo rodea y su contacto con las criaturas con las que establece contacto, representadas por las figuras de los pascola (que pueden representar un pájaro, una serpiente, una flor, un coyote, el agua).

Tanto los pascola como el maaso se despojan de su personalidad durante el baile para adoptar la del animal, la planta o del ser que introducen en la danza. Por lo general son 4 pascola y bailan de uno en uno, danzando primero el último en jerarquía, el llamado “el lobito” que representa animales menos estimados en la valoración del yaqui: burro, perro, zorro, etc., después bailan los otros dos pascola y por último el pascola yoowe (anciano) o jefe del grupo.

El ciclo ritual yaqui sigue por lo general el calendario litúrgico católico, pero distingue claramente dos periodos, el primero sacrificial, en Cuaresma y el resto del año todos los ritos de paso que están prohibidos en esa fecha. Los rituales tienen carácter de marcadores estacionales, que señalan las distintas etapas del ciclo agrícola.

Los funerales son especiales porque ellos consideran al alma inmortal y celebran con danzas, banquetes y música. Su patrona es la Virgen del Camino.

Kikapú

Los actuales asentamientos kikapú son el resultado de un arduo peregrinaje desde la región de los grandes lagos de Michigan y de Eire, en Norteamérica, hasta el norte de México.

Actualmente, los kikapú viven en reservaciones en Kansas y Oklahoma, Estados Unidos, y en las comunidades de El Nacimiento, Coahuila y en Tamichopa, municipio de Bacerac, en la zona serrana de Sonora. Durante la década de 1980, algunos habitantes de Tamichopa llevaron a cabo una campaña entre los kikapú desperdigados, para una refundación del pueblo. La comunidad actual es de alrededor de 80 personas.

La lengua kikapú forma parte de la familia lingüística norteamericana algonkiniana. El grupo de Sonora no practica su lengua ancestral, ya que ésta fue destituida por el castellano; su último hablante murió en 1996.

Poseen dos tipos de vivienda: casas indias y casas mexicanas. La vivienda india tiene dos variantes, casa de invierno: elíptica, con una estructura de troncos delgados cubiertos de tule, con el fuego sagrado en el centro. Aquí es donde se ofrecen los sacrificios a su divinidad (Kitzihaiata) y se reciben a los nuevos miembros de la tribu. Y casa de verano: rectangular, con paredes de carrizo y techo elíptico de tule. En el interior se encuentran varias camas sostenidas por troncos, y al centro el fuego sagrado. La vivienda mexicana es de concreto y lozas, con los servicios eléctricos e hidráulicos de la vida moderna.

Actualmente su artesanía consiste en la fabricación de tehuas o mocasines con piel de venado curtida y que es bordada con chaquira.

Dentro de su religión ser buen kikapú significa cumplir siempre con los ritos de cacería, purificación, año nuevo, fuegos sagrados y bautizos por medio de oraciones, sacrificios y ayunos. Las celebraciones van siempre acompañadas de carne de venado. El fuego constantemente encendido en el centro de la casa recuerda la oración constante a Kitzihaiata, quien escogió a los kikapúes para poblar la tierra.

El grupo kikapú en Sonora, se encuentra en un inminente peligro de pérdida de su identidad como grupo indígena. Las celebraciones y ritos tradicionales se han perdido, han asumido la religión católica y celebran alguna fiesta de sus Santos, o participan en las fiestas que se celebran en los municipios cercanos.

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En Peligro el Mayo, Variante Lingüística en Sonora.

Mediante juego didáctico prevén mitigar la pérdida del mayo, variante lingüística en Sonora.

Es singular oír a niños y jóvenes yoreme de Sonora hablar el mayo, su lengua materna, y es que se trata de una de las variantes lingüísticas del país que ha sufrido un desplazamiento preocupante por el español, situación difícil de revertir pero que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) intenta mitigar al apoyar acciones para su revitalización.

Entre ellas, se encuentra el juego didáctico “Maratón Yoreme”, del cual 300 ejemplares son distribuidos actualmente en las escuelas de educación indígena del Valle del Mayo en beneficio de los niños de esa región sur del estado, quienes aprenderán aún más de su cultura y tradiciones mediante el uso de su habla original.

Concebido por la asociación cultural Lutisuc (Luna en conjunción, vocablo taracahíta; o Se acabó, en yaqui), este instrumento de apoyo para la preservación del mayo, contó con la asesoría del lingüista José Luis Moctezuma Zamarrón, adscrito al Centro INAH Sonora, y quien es experto en esa variante.

El “Maratón Yoreme” consta de 240 preguntas formuladas en español, pero que pueden responderse tanto en ese idioma como en mayo. Si las interrogantes sobre la historia, geografía, ceremonias, música y danza, gastronomía y medicina tradicional, artesanía y vida cotidiana de los yoreme son contestadas en su lengua, se obtienen más puntos para ganar el juego. De esa manera, ¿empo waita yoremnoka maxtianake? (¿quiere usted aprender mayo?)

Aunque por su número de hablantes, alrededor de 30 mil, el mayo pareciera no ser una lengua en desaparición, lo cierto —de acuerdo con José Luis Moctezuma— es que de este 100 por ciento, sólo el 8 corresponde a personas con un rango de edad menor a los 20 años, es decir, es prácticamente desconocido entre las generaciones jóvenes lo que a mediano plazo impedirá su transmisión.

La región mayo se localiza en los municipios sonorenses de Álamos, Etchojoa, Huatabampo, Navojoa y Quiriego, así como en los ayuntamientos de Choix, El Fuerte, Guasave, Los Mochis, Ahome y Sinaloa de Leyva, al norte de Sinaloa. Los mayo se nombran yoreme, “el que respeta la tradición”, en oposición a yori, el que no lo hace; y comparten origen y cultura con los guarijío y los yaqui.

Son múltiples los factores que han incidido en el desplazamiento del mayo por la lengua oficial del país: el español; uno de los de mayor peso fue el que una generación completa decidió (sin proponérselo abiertamente) abandonar el habla indígena, esto sucedió durante el cardenismo cuando gente ajena a las comunidades tradicionales se establecieron en los ejidos recién creados.

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The Mayos in Sonora

The Yoremes are the descendants of the ancient populations of the Huatabampo culture. They carry the cultural traditions of Sonora.

It is the most important ethnic group in the state. The population is estimated to 75,000 inhabitants. They still speak their dialect. So they differ from the other Indigenous communities that tend to speak Spanish.

They call themselves « Yoreme » or « The one who respects the tradition » in opposition to the « Yori » – «the one who doesn’t respect the tradition ».

According to the legend, the word Mayo means « the people of the River ».

The Mayo region is located in the south part of Sonora. The communities live in the municipalities of Alamos, Quiriego, Navojoa, Etchojoa and Huatabampo.

It is said that the Mayos are part of the Yaquis communities because of their language with roots from the Yaqui and Guarijio dialect.

They have docilely listened to the Spanish evangelic teachers and they learned, at the same time, how to farm and breed domestic animals.

They now built houses in « adobe » (big clay and straw bricks) or ladrillos (red bricks). The ceilings are made of carrizo (bamboo branches) covered with clay and straw glue together.

Mayos crossesYou can often see their houses adorned with a cross made of palofierro (iron tree) in order to protect them from evil.

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1ra, Entrega: Fotos Antiguas, Navoja, Sonora

Gracias a unas fotos posteadas por unos foristas de Urbanfreak como Blakviper al cual le agradezco las publicara y que a continuacion las muestro aqui para todos aquellos que desean conocer algo mas de los origenes de esta ciudad del Sur de Sonora:

La Escuela Obregon recien construida


Vista de Calle de la Pesqueira en sus Origenes

 

Foto del Aeropuerto cuando habia Vuelos a Mexico

 

Foto Aerea de Navojoa, al fondo La Plaza

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Los Yaquis, «Los mas Fieros Guerreros de las Tribus Cahita»

La Guerra del Yaqui: Inicios.

Una tarde del verano de 1607, una columna de españoles de la Capitanía de Sinaloa, bajo el mando de Diego Martínez de Hurdaide, se internó en la Sierra de Bacatete, al sureste de lo que hoy es el estado mexicano de Sonora.

Iban siguiendo a un grupo de indígenas ocoronis que habían atacado la villa de San Felipe y Santiago para ajusticiarlos. Desde hacía un par de años, los rebeldes ocoronis y zuaques se habían refugiado entre sus aliados yaquis, una belicosa etnia conformada por varias tribus que ostentaban el título de los más fieros guerreros de las tribus cahita.

El capitán y alcalde mayor Diego Martínes, había dado un ultimátum a los líderes de esta nación: entreguen a los rebeldes o aténganse a las consecuencias. Y las consecuencias fueron cuatro años de desastrozas campañas que terminaron muy mal para los españoles, incluída una batalla en la Sierra del Bacatete en la cual casi pierde la vida el capitán castellano.

Al final, presionado y hostigado por las autoridades de la Nueva España, Diego Martínez tuvo que firmar un pacto de paz vergonzoso, tomando en cuenta que el glorioso ejército español había avanzado durante veinte años hasta el norte de lo que hoy es el terrirorio mexicano, sin perder un solo enfrentamiento contra las tribus chichimeca.

Desde 1533 se tenía constancia de la belicosidad y la rudeza de esta gran etnia. Entonces, Diego Guzmán había llegado con sus conquistadores hasta los límites del Río El Fuerte, donde se encontró con una coalición de guerreros mayos y yaquis, quienes en acto simbólico pintaron una raya en la tierra frente a la mirada del capitán, advirtiéndole de lo insensato que sería el internarse en sus territorios.

Diego Guzmán mandó formar filas y descargar los arcabuces, mismos que habían dado buenos frutos contra otras tribus de la zona, pero contra los yaquis y mayos lo que provocó fue una andanada furiosa de flechas y lanzas que casi terminó en una tragedia para los aventureros castellanos.

Durante siglos los yaquis siguieron gozando de esta posición de influencia local y tranquilidad, tornándose la nación indígena más influyente de todo el Noroeste de México.

Con la llegada de las órdenes jesuitas, los yaquis fueron volviéndose cada vez menos agresivos.

Dejaron de atacar a los poblados hispanos, abandonaron las prácticas de abijeo y se dividieron, para su gobierno, en ocho diferentes estados. Los misioneros cristianos los evangelizaron y educaron según las necesidades del nuevo estado de la Nueva España, que tenía serias pretensiones sobre los territorios de los yaquis.

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Cinturones de Danzantes Yaqui y Mayo

Artesanía Ritual. Parte importante del atuendo del danzante venado y pascola

Etnias yaqui (yoéme) y mayo (yoreme)

Ubicación: Sur del Estado de Sonora, en los municipios de Guaymas y Ciudad Obregón (etnia yaqui) y Navojoa, Etchojoa, Huatabampo, Álamos y Quiriego (etnia mayo)

Un elemento imprescindible en el atuendo ritual de los danzantes es el cinturón.

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En el danzante venado, el cinturón está formado por una tira de cuero de unos 8 cms. de ancho, de la que cuelgan en pequeñas tiras, también de unos 8 cms. de altura, pezuñas de venado (el número de pezuñas puede variar según la riqueza del cinturón, pero le podemos calcular de 100 a 140).

Cuando el danzante venado ejecuta su danza, el sonido cristalino de las pezuñas expresa el nerviosismo del animal que corre asustado o contento por el monte, y al ir tropezando con piedras y ramas emite ese sonido peculiar que es representado por las pezuñas del cinturón.

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Actualmente, debido  a la dificultad para conseguir pezuña de venado, se suele sustituir por pezuñas de puerco.

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Ubicacion de Etnias en Sonora

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Breve Descripcion de los Origenes de la Tribu Yaqui

Los yaquis se identifican a sí mismos y a los mayos como yoremes, palabra que significa hombre o persona.

La noción de yoris, hombres blancos, los distingue, a su vez, de los demás grupos indígenas.

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LocalizaciónEl grupo yaqui ocupaba, tradicionalmente, una larga franja costera y de valle al sureste del actual estado de Sonora, que abarcaba desde la ribera sur del río Yaqui hasta el cerro Tetakawi, al norte de la actual ciudad de Guaymas.

Bajo el control de las misiones jesuitas, la población se concentró en ocho poblados situados de sur a norte a lo largo del Valle del Yaqui. El territorio tradicional ha sufrido importantes mermas, de tal manera que quedó, a partir de 1937, restringido a una extensión de 485 235 ha sobre las que se extiende el distrito de riego número 18.

Los municipios en donde se ubica son: Guaymas, Bácum, Cajeme y Empalme. El conjunto del territorio comprende tres zonas diferenciadas: el área serrana -la sierra de Bacatete-; una zona costera, que abarca los poblados vecinos de Guásimas y Bahía de Lobos; y el valle, en donde se localizan las tierras irrigadas.

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Los ocho pueblos tradicionales son, de sur a norte: Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Tórim, Vicam, Pótam, Ráhum, Huirivis y Belem. Vícam se ha constituido en el centro político del grupo y lugar de encuentro de las autoridades tradicionales de los ocho pueblos.

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Danza del Venado 2da. Version

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ORIGEN

El venado es una de las danzas mexicanas más conocidas en el mundo, pero paradójicamente de la que menos se sabe en cuanto a su origen ejecución, contexto y simbolismo.

De manera lamentable, la danza ha sido proyectada en muchos sitios del planeta por lo ballets folclóricos que presentan una teatralización que diíta mucho de lo que en realidad sucede bajo las enramadas yoremes.

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“Que el animal representado deberá morir al final de la danza, porque sino habrá sido una ejecución incompleta. “Que al morir el venado salva a la etnia de la hambruna y por su ‘sacrificio’ su espíritu viajará al cosmos recorriendo el camino de las estrellas”.

La Danza del venado la que más polémica levanta con relación al sentido de su origen y por supuesto de su ejecución.

La cabeza de venado que porta el yaqui es un tanto más realista y la adorna con listones, el mayo sin embargo es muy variado en la forma final que da a la cabeza en su elaboración; de hecho, algunas son una mera figuración de la cabeza del animal, aunque los materiales piel y cueros siempre serán los verdaderos, y la dorna con flores blancas que tienen el mismo significado, como ya lo señalamos.

Ejecución de la Danza

Muchos estilos interpretativos tienen la danza entre sus ejecutantes, de modo que después de haber observado detenidamente en acción a una considerable cantidad de ellos, he tomado lo más generalizado del proceso para hacer su descripción.

Cuando uno de los sones va a dar inicio, el intérprete, desprovisto de la cabeza de venado (maasocobba), agita vigorosamente sus sonajas anunciándolo; este preliminar movimiento de sonajas también se considera un llamado a los músicos que de pronto podrían estar ausentes de su puesto, pero de no ser así de cualquier manera el danzante lo realiza para que los acompañantes dispongan y preparen sus instrumentos. Los músicos inician el son con un ritmo lento.

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El maasooyi’leero, con marcada parsimonia toma entre sus manos la cabeza animal y asumiendo seriedad hierática va ajustándola sobre la suya. Los músicos sin cesar el rasgueo de sus instrumentos, observan a intervalos y con discreción al que hará la danza. Ajustada la maasocobba, el danzante se asegura de que haya quedado bien firme, haciendo algunos movimientos corpóreos para corroborarlo ala vez que agita de nuevo las sonajas. El hombre se transforma e ignora en lo absoluto todo suceso a su alrededor.

Un nervioso nada humano se apodera de su cuerpo. Se pasea sobre su territorio y no cesa la agitación sólida de sus sonajas, provocando que el ritmo de son aumente de velocidad. De pronto el cuerpo del danzante se queda quieto, de frente y a distancia del conjunto musical, sólo la cabeza mira a un lado y otro manteniendo el ritmo de las sonajas hasta que el canto irrumpe sonoro y el hombre transformado principia su maravillosa danza.

El danzante, tomando el ritmo instrumental a través de sus sonajas que mueve uniformemente, dibujando círculos en el aire, abre la danza con un caminado suave que lo aproxima a los músicos, tocando la tierra con apoyos ligeros de sus plantas e imprimiéndoles a su cuerpo actitudes de expectación animal que ya no cesarán hasta finalizar el son.

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